GALOFER I
BREVE RESUMEN DE LA SITUACIÓN EN VILLA SARA
En agosto de
2010 comenzó a operar la planta de GALOFER, empresa que produce energía
eléctrica quemando restos del cultivo arrocero. Desde entonces la vida en Villa
Sara cambió. La chimenea de GALOFER expulsa humo y partículas que el viento
dispersa y cuando está del lado noreste, precipita sobre el centro poblado
causando varios problemas.
El más grave
es el de la salud. No hay estadísticas oficiales, pero en dos relevamientos que
hicimos los vecinos y el testimonio de varios médicos, coinciden en que entre
los habitantes de este pueblo hay muchos casos de afecciones respiratorias y de
piel, al igual que entre los pobladores de los barrios de la ciudad de Treinta
y Tres que están en la zona de influencia de GALOFER.
El siguiente
problema es de la ropa que no se puede tender cuando el viento trae el hollín
sobre el pueblo. Tampoco esos días se puede ventilar la casa porque por las
aberturas entran humo y cenizas. Los patios y los techos de las viviendas
acumulan depósitos de cenizas, que obstruyen cañerías y alcantarillas.
El tercer
problema es el de las quintas y jardines que sufren la agresión, motivo por el
cual los vecinos tienen inconvenientes para cultivar la tierra de su propiedad.
Plantas y árboles frutales sufren por el hollín y las cenizas, cuando no mueren
asfixiados o quemados.
Hay otra problemática que se suma a este
panorama, y es la afectación del monte rivereño y el cauce del río Olimar,
porque de la planta de GALOFER bajan desechos en la forma de cenizas que
terminan depositadas en las orillas y dentro del río. Sumado a esto hay que
mencionar que la empresa envía en un camión varias veces al día otro volumen de
desechos a un campo adquirido en la zona de poblado Alonso, a unos pocos
kilómetros de la Planta, donde se observa acumulación de residuos que amenazan
un curso de agua que es afluente del Olimar. Cuando hay viento fuerte, las cenizas
se esparcen por los alrededores, con el consiguiente perjuicio.
Imagen 1: Fotografía aérea de la planta de Galofer y Arrozur.
¿QUÉ QUIEREN
LOS VECINOS?
Que se
cumplan las leyes que prevén un punto de equilibrio entre el derecho a una
actividad empresarial que genera puestos de trabajo y es una valiosa fuente de
energía para el país, y el derecho a una vivienda y una calidad de vida
decorosa que le asiste a todo habitante del Uruguay.
Hay dos
organismos públicos directamente involucrados en este tema: La Dirección
Nacional de Medio Ambiente (DINAMA) y Usinas y Transmisiones Eléctricas (UTE).
La DINAMA ha
intimado, observado y multado a la empresa GALOFER en reiteradas ocasiones,
pero el problema no se soluciona, apenas hay períodos de alivio. UTE no ha dado
ninguna señal de interés en esta problemática y le sigue comprando energía a
GALOFER como si se tratara de un proveedor que cumple con todas las exigencias.
¿Por qué no logra la DINAMA
obligar a la empresa a cumplir con el protocolo ambiental que rige su
actividad? ¿Por qué UTE no exige a su proveedor el cumplimiento con estas
normas? ¿Hasta cuándo tendrán los vecinos que soportar esta situación?
Aníbal Terán Castromán (092 007 202)
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